La influencia no se consigue, se gana. Es un proceso que construye una relación con un grupo de personas y que, al combinar ciertos elementos, puede mantener su consistencia a lo largo del tiempo. Pero ser influyente no es solo tener popularidad o muchos seguidores en redes sociales. Implica un largo proceso donde se interviene en las decisiones, las creencias y las acciones de otros, utilizando ingredientes que, bien combinados, aumentan la capacidad de influir efectivamente. Este es el objetivo de los creadores de contenido y otros profesionales como los políticos o “marketers”, ya que nuestras acciones tienen poder de atracción y contribuyen a encontrar nuevos caminos para el entendimiento.
1. Credibilidad: la piedra angular de la influencia
La influencia tiene un impacto en todos los ámbitos, desde la comunicación hasta el marketing, la política y el emprendimiento. Pero para ser influyente, lo primero es ser creíble, lo cual se construye con conocimiento en el área en la que deseas influir.
2. Confianza: las paredes de nuestro hogar
Además de ser creíble, también tienes que parecerlo. Para influir con nuestros actos es esencial levantar un muro de confianza a nuestro alrededor. Sin este ingrediente, cualquier intento de persuasión fracasará.
3. Conexión: el poder supremo de las relaciones
Conectar con otros es mágico, pero hay prácticas que ayudan a conseguirlo. Un empresario o político debe aprender a que su comportamiento influya en los demás, empezando por hacer que se sientan identificados con su persona y que lo vean como un ejemplo a seguir.
4. Persuasión: la llave de un “Master of Influencer”
En un mundo lleno de “influencers” en internet, aquel que logra conectar con otros por su manera de pensar y actuar puede ampliar su círculo de influencia. La persuasión, el hecho de despertar la curiosidad de los demás, requiere de técnicas concretas como argumentos lógicos y apelar a las emociones.
5. Relevancia: las gafas para mantener la atención
La información y los argumentos ofrecidos deben ser valiosos para conducir hacia la relevancia, manteniendo la atención de los demás. Esto se logra asegurando que el mensaje sea oportuno, pertinente y significativo.
6. Repetición: la memoria del tiempo
En marketing y publicidad, la repetición es clave para que los mensajes lleguen. Así que la influencia se consigue por goteo, con pasos pequeños y con la reiteración de mensajes clave, asegurando que sean comprendidos y recordados a lo largo del tiempo.
7. Empatía: el arte de ponerse en las zapatillas del otro
El escritor John Steinbeck dijo: “Solo puedes entender a la gente si la sientes en ti mismo”. La empatía, uno de los pegamentos más fuertes de la sociedad, permite influir de manera efectiva al entender y considerar las emociones y perspectivas de los demás. Las técnicas más infalibles incluyen la escucha activa y la validación de emociones.
8. Autoridad: la experiencia es un grado
Comunicar con seguridad requiere de mucho trabajo. La mejor improvisación es la que se prepara. Para ganar autoridad, hay que demostrar experiencia y conocimiento de un tema, comunicándolo con seguridad y rigor.
9. Consistencia: el cinturón de la congruencia
La influencia no es solo un concepto abstracto; es un arte que puede transformar las interacciones personales y profesionales. Para ello, es esencial ser coherente con lo que se transmite. La consistencia, ligada a la autoridad, refuerza los mensajes a través de acciones y palabras congruentes.
10. Reciprocidad: el dar y tomar
Nuestras ideas tienen un impacto incalculable al ofrecerlas a los demás. Hay un intercambio de valor por la atención. Mantener la reciprocidad, al tiempo que se analiza el comportamiento y reacción hacia nosotros, lleva a un valioso aprendizaje y mejora nuestra capacidad de influir.